La relación entre lenguaje y cerebro como objeto de estudio
El enfoque del lenguaje como hecho no ajeno a factores externos, entre los que destaca el propio individuo que hace uso de él, y su carácter experimental, frente a la Lingüística interna, unen a dos disciplinas como la Psicolingüística y la Neurolingüística. Ambas han coincidido tradicionalmente en el estudio de los siguientes aspectos de la relación entre lenguaje y cerebro:
1) la localización de las funciones cerebrales que atañen a los mecanismos del habla,
2) los aspectos biológicos del proceso comunicativo,
3) el tema de la adquisición del lenguaje, e incluso
4) el estudio de las afasias.
Por su parte, la Neurolingüística “estudia más al usuario del lenguaje que al lenguaje en sí, analizando ya sea el lugar cerebral en el que se produce el comportamiento verbal relacionado con la codificación y decodificación, o las conexiones neuronales que posibilitan este mismo comportamiento verbal, ya sea normal o patológico” (Jiménez Ruiz 2001: 400).
Del mismo modo, autores como Ch. Bouton (1984) señalan que, por ejemplo, la Neurolingüística se ocuparía de qué mecanismos cerebrales sostienen las oposiciones fonológicas, cuáles las estructuras léxicas, cuáles las lógico-gramaticales o el hecho de la enunciación continua. Para este autor los temas principales de la Neurolingüística serían:
1) la lateralización y dominancia hemisférica,
2) el otro hemisferio,
3) los otros lugares del lenguaje (estructuras nerviosas que asumen las relaciones interhemisféricas),
4) lo innato y lo adquirido y
5) la competencia y el comportamiento.
Por otro lado, D. Caplan afirma (1987: 19) muy acertadamente que “la neurolingüística trata de cómo el cerebro representa y utiliza el lenguaje, cómo se desarrolla este proceso a lo largo de la vida humana, cómo se ve afectado por las enfermedades y de si puede compararse –y de qué manera- con procesos análogos en especies no humanas”.
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